El siguiente es el texto que distribuiremos durante la jornada de difusión del miércoles 25 de agosto:
El gobierno de Macri tomó un préstamo gigantesco, de miles de
millones de dólares, del Fondo Monetario Internacional (FMI). La
plata no se usó para ninguna inversión, ni obra pública, ni para
“estabilizar la economía”. Fue una estafa, una maniobra
financiera para que algunas grandes empresas y empresarios se
enriquecieran, fugando esos dólares al exterior mientras el
pueblo argentino se empobreciera por una deuda que no es suya.
El hecho que este
préstamo fue tomado por un gobierno surgido de elecciones no lo hace
automáticamente legítimo. Una deuda es “odiosa” e
“ilegítima” cuando sólo beneficia a una minoría y no al
conjunto de la sociedad. Es claramente el caso de este acuerdo. ¡Pero
eso no es todo! El préstamo es además ilegal, según el estatuto
del FMI como las leyes de nuestro país. Y esta estafa se suma a la
deuda histórica también odiosa, ilegal e ilegítima.
Sin embargo, el
futuro llegó y nos vienen a exigir que paguemos la estafa. El
Gobierno actual denunció a los responsables locales del fraude ante
el Poder Judicial. Pero, contradictoriamente, da por sentado
que corresponde pagar a los estafadores del FMI.
Negocia ahora los términos y condiciones del pago sin cuestionar su
legitimidad. Tampoco publica toda la investigación del Banco
Central que dejaría en evidencia a los beneficiarios de la deuda
delictiva. Da continuidad a la política de estado de los últimos 40
años de Pagar y Pagar sin investigar a fondo ni sancionar a los
crímenes.
Para colmo, la
estafa es tan grande que el monto del capital que exige el FMI es
impagable. Equivale a 18 veces lo recaudado por el impuesto a las
grandes fortunas, o 11 veces el presupuesto nacional en salud. O sea
que además de odiosa, ilegal e ilegítima, la pretendida deuda es
totalmente insostenible, aunque sea pagando a 10 o 20 años.
Discutir
esta deuda eterna es clave para revertir nuestra realidad de pobreza,
desocupación y crisis sanitaria y ambiental.
Cada peso que va para pagar la estafa es un peso que se resta para
solucionar el hambre o mejorar la salud, el agua, la educación. Es
más plata para los especuladores y menos recursos para las mayorías;
más extractivismo contaminante y menos cuidado de nuestros derechos
y los de la naturaleza.
El país pierde
soberanía al acordar con el FMI. Un acuerdo implica afrontar que
venga este organismo internacional cada tres meses a auditar la
política del Gobierno y a exigir nuevos ajustes y reformas. Los
acuerdos con el Fondo, en todo el mundo, siempre traen condiciones.
Es un organismo que actúa como brazo económico
de los países centrales, como EE.UU., la Unión
Europea, etc., para someter a los países como Argentina.
Por
todo eso debemos exigir que esta estafa no se pague.
Debemos exigir nuestro derecho a que se suspenda el pago y se
investigue a fondo sus orígenes y usos, para repudiar lo ilegítimo
y sancionar a los responsables locales y extranjeros de este
verdadero crimen de lesa humanidad económico y de lesa naturaleza.
A eso te
convocamos. Para que estos objetivos se materialicen es necesaria
la acción de cada persona y organización, el ejercicio de nuestro
poder, la movilización. ¡Compartí esta información, y sumate a la
campaña!
Si querés descargar los materiales, aquí está el enlace: https://drive.google.com/folderview?id=17bR9-5hOvvb1EoG389i7M9kSvsSXThGk
La deuda es con los pueblos y con la naturaleza
¡Que paguen los que se beneficiaron con la estafa!