A pocos días de la asunción de Sergio Massa en el Ministerio de Economía queda clara la decisión de profundizar el rumbo de ajuste y entrega elegido por el gobierno de Alberto Fernández, ante una crisis económica y política que no da visos de cerrarse. Ratifica el objetivo de ajustar el gasto estatal todavía más, con caídas reales de jubilaciones y salarios públicos, tarifazos, tratando de recortar el consumo local, aumentar a cualquier costo las exportaciones y conseguir cómo sea divisas para garantizar los pagos al Fondo Monetario y demás usureros.Las medidas anunciadas por el ministro y los funcionarios de los que se ha rodeado no dan lugar a dudas. Entre ellos Daniel Marx, hombre de confianza de los grupos financieros, siempre en la primera línea negociando la estafa de la deuda en nuestro país: desde el Banco Central durante el gobierno de Alfonsín, con el Plan Brady de Menem y el Blindaje y Megacanje de De La Rúa.
Sergio Massa es el dirigente con más cercanía y obediencia a la embajada de EEUU de las tres principales fuerzas integrantes del Frente de Todos. Así lo certifica la visita al embajador norteamericano Marc Stanley en su sede diplomática a cuatro días de su asunción, o la venia del Banco Interamericano de Desarrollo a soltar préstamos retenidos a la gestión anterior. Su director, Maurice Claver-Carone, viene de un rol importante en el FMI y había confesado que otorgaron el préstamo a Mauricio Macri para apoyar su fallido intento de reelegirse.
Los anuncios del nuevo ministro vienen claramente dirigidos a los “mercados”: a las multinacionales exportadoras, al sector financiero, a los grandes empresarios agropecuarios y a las empresas responsables del aumento de precios de los alimentos. A promover aún más endeudamiento junto al extractivismo minero, hidrocarburífero y agroindustrial. Aun así, las pretensiones de estos sectores son mayores, por lo que se postergan exportaciones e inversiones, extendiendo en el tiempo la corrida cambiaria tras la apuesta de una mayor devaluación.
Mas allá de las declamadas políticas paliativas como la recuperación de los capitales fugados durante el gobierno de Macri o el cobro por la “renta inesperada”, la realidad es que a la fecha no hubo medidas decididas para hacer frente a las acuciantes necesidades de los sectores más humildes, para quienes sigue habiendo más ajuste y pobreza. Muy por el contrario, desde sectores del gobierno crece un discurso muy similar a la oposición más reaccionaria, deslegitimando el rol de las organizaciones sociales y piqueteras. De la mano de esa orientación política, avanza en distintas provincias la persecución y judicialización de dirigentes sociales y gremiales.
El aumento del 15% en las jubilaciones y el bono anunciado no revierten la miseria que se extiende sobre quienes cobran la mínima. La fórmula del 2020 es funcional a mantener contenidas las jubilaciones y a licuar su peso sobre el presupuesto en tiempos de alta inflación. La falta de definiciones en torno a los aumentos salariales generalizados va en igual sentido, favoreciendo a empresarios que ven aumentar sus ganancias con la caída del “gasto” salarial.
Desde la Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda repudiamos este giro a la derecha del gobierno del Frente de Todos, que encontrará cada vez más resistencia popular, con protestas, marchas y un plan de lucha, como lo demuestran las movilizaciones de las últimas semanas a pesar del freno que intentan la dirigencia complaciente y la burocracia sindical -quienes en varios casos se han visto obligadas a proponer medidas de fuerza producto de la presión de las bases.
A esta lucha acompañaremos, como lo venimos haciendo desde el inicio de la Autoconvocatoria, exigiendo la investigación del proceso de endeudamiento y la suspensión del pago de esta deuda fraudulenta.
Hoy más que nunca seguimos insistiendo que para conseguir medidas a favor del pueblo, hay que avanzar en la anulación del acuerdo con el FMI como primera condición para un plan económico distinto: que realmente cobre impuestos y retenciones a las grandes exportadoras, que apuntale los ingresos de la clase trabajadora, que enfrente el poder empresarial concentrado, que ponga fin al modelo extractivista depredador y contaminante, es decir, que busque poner fin a la crisis haciendo que la paguen los que siempre ganan a costillas de las mayorías.
- Basta de ajuste, saqueo, extractivismo y dependencia
- Anulación del acuerdo con el Fondo. La deuda es con los pueblos y la naturaleza, no con el FMI ni con los usureros
- Que los recursos vayan a resolver las necesidades populares: salarios, jubilaciones, salud, educación, trabajo, tierra y vivienda
- Actualización inmediata de salarios, jubilaciones y programas sociales, que supere la inflación
- Solidaridad con los pueblos de nuestro continente que enfrentan los planes del FMI
- Contra la criminalización de las luchas contra el ajuste
AUTOCONVOCATORIA POR LA SUSPENSIÓN DEL PAGO E INVESTIGACIÓN DE LA DEUDA
-Argentina, 17 de agosto de 2022