En este 8 de marzo, Día internacional de la Mujer Trabajadora y de un nuevo Paro Feminista Internacional, quienes integramos la Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda nos sumamos al grito de ¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos! ¡La deuda es con nosotras y nosotres!
En momentos que el Congreso Nacional debate el proyecto del acuerdo con el Fondo Monetario enviado por Alberto Fernández, legitimando así el préstamo otorgado de manera fraudulenta al gobierno de Mauricio Macri, decimos “Las estafas no se pagan”. ¡No al nuevo acuerdo con el FMI! Convocamos a las mujeres y disidencias de todo el país a seguir llenando las calles los próximos días, para impedir esta nueva estafa cuando el acuerdo se vote.
Porque tenemos memoria sabemos lo que han significado anteriores acuerdos con el FMI, la pérdida de soberanía que implican sus condicionamientos. Las medidas exigidas, que son de público conocimiento, agravan aún más la situación económica del país, debilitada por la pandemia, hoy con un contexto internacional de mayor vulnerabilidad, producto de la guerra. Los compromisos asumidos por el gobierno actual para con el FMI implican mayores niveles de pobreza, precarización y flexibilización laboral, profundizando el modelo extractivista que mercantiliza nuestra vida y la naturaleza.
En el Juicio Popular a la Deuda y al FMI realizado en 2020, denunciamos el impacto que tienen los procesos de endeudamiento sobre la vida de las mujeres, lesbianas, trans, travestis y marikas. La erosión de derechos esenciales como educación y salud, la disminución de los ingresos de las y les trabajadores y de nuestro poder de compra, la privatización de las tareas de cuidado que tradicionalmente recaen sobre los cuerpos feminizados. Así, nos vemos forzadas a dedicar mayores esfuerzos para subsistir, aumentar el trabajo no pago que realizamos e incluso a permanecer en situaciones de violencia al no contar con medios suficientes para salir de ellas. La falta de vivienda, y el endeudamiento del hogar mediante la toma de préstamos usureros que significan un alivio temporal pero que rápidamente se convierte en un problema, liquidando los pocos ingresos disponibles.
Gritamos ¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos! porque deseamos una vida libre de violencias y autónoma, y para ello es necesario que los recursos públicos y de nuestros hogares estén destinados a garantizar nuestros derechos económicos, sociales y ambientales. Es necesario que nuestros cuerpos y territorios, la naturaleza de la cual somos parte, no sigan siendo violentados para “honrar” a una deuda ilegítima y odiosa.
Por todo esto este #8M decimos ¡La deuda es con nosotras y nosotres! ¡Fuera el FMI de nuestras vidas!
- 8 de marzo de 2022
AUTOCONVOCATORIA POR LA SUSPENSIÓN DEL PAGO E INVESTIGACIÓN DE LA DEUDA
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